Mientras tanto
by Bernardo on 24/11/2006Llevo un mes con las entrañas desorientadas; con sentimientos entremezclados. La ilusión de una segunda oportunidad se empeña en acallar los miedos. El buen propósito desplaza al cargo de conciencia. La voluntad se impacienta y quiere recuperar lo perdido, cuanto antes. El corazón relativiza todo lo que en los últimos meses era lo más importante, y se ofusca con lo suyo: todo ello consecuencia necesaria de que le dejen a uno.
Me costará olvidar. Los sentimientos no desparecen de la noche a la mañana. De hecho, soy de la opinión de que nunca desaparecen: se arrinconan, se les fuerza al ostracismo emocional, pero no desaparecen. Nunca he entendido eso de que “se acaba el amor”.
Pero el tiempo y la honestidad ayudan. No hay nada como ser honesto, actuar en consecuencia y dejar que pase el tiempo: hace maravillas. Así me voy sintiendo mejor estos días. Me decía mi amigo Víctor que estas cosas son las que te hacen sentir vivo y tomar conciencia de quien eres. Razón no le falta, ahora cuesta lo suyo…
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