lo pequeño y despreciable
by Bernardo on 5/02/2008Ayer fue un día especial para mí. Conocí a uno de mis ídolos, y no, no es Steve Jobs. Es un tío que poca gente conoce y que para mí es una referencia por su manera de entender la realidad. Es un filósofo clásico en el siglo XXI: Nassim Taleb. Ha escrito dos libros no técnicos que para mí se han convertido en una referencia: Fooled by Randomness y The Black Swan. Los dos hablan de lo mismo, de lo mal que pensamos y los errores que cometemos al entender la realidad. Ayer tuve el enorme placer de escuchar en segunda fila a Nassim durante dos horas, aquí en San Francisco, en unas conferencias organizadas por The Long Now Foundation, a la que me he apuntao por la calidad de sus ponentes.
Como dice mi amigo Javi, padre de mi preciosa ahijada Inés, siempre he sido un poco nerdito: del inglés “nerd”, repelente, ratoncillo de biblioteca, pelotilla que siempre está leyendo algún libro raro… Siempre me ha gustado combinar el disfrutar cada momento de la vida hasta rayar en lo frívolo, con la introspección reflexiva que dan los libros y el conocimiento. Una combinación un poco extraña que me hace no encajar nunca en ningún sitio, pero en la que me siento comodísimo.
Me gusta Nassim porque es un escéptico empirista… un qué??!!!! un escéptico empirista: alguien que no cree en teorías, y ni en modelos, alguien al que le espanta la gente que habla ex-catedra y se las da de gurú, alguien al que le gusta hacer más que teorizar. Reconoce la complejísima realidad y ante preguntas como quién ganará las elecciones, dice, no hablo del futuro que desconozco y del que tengo poco control. Vive lo que predica, es tremendamente coherente, y además no le gustan los franceses :)
Podría escribir sin cesar acerca de lo que me gusta de la forma de pensar de Nassim. Lo más importante es su humildad al reconocer nuestra incapacidad por controlar el futuro, ni siquiera de preverlo. Nos avisa de que en las sociedades del siglo XXI los errores de previsión que los estadísticos siempre han despreciado por su tamaño y poca probabilidad, pueden generar sorpresas espectaculares.
Lo pequeño y despreciable se puede convertir en lo más importante de nuestras vidas, y dice Nassim que no aprendemos y seguimos ignorándolo.
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