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by Bernardo on 1/11/2007Esto de mudarse de país es un trabajo a tiempo completo. Sobre todo con lo impaciente que se vuelve uno a medida que se hace mayor. El caso es que con el nuevo trabajo, y montar la casa nueva y los viajes, no le queda a uno mucho tiempo para mucho, ni si quiera para disfrazarse.
Ayer, además de ser el cumpleaños de Gon, al que por sorpresa llevaron a París para celebrarlo, era el día de Halloween en los Estados Unidos: carnaval que precede al invierno en vez de a la primavera, sin cuaresma ni entierro de la sardina y donde el miedo se convierte en risa. Me lo venían recordando las enormes calabazas a la puerta de las casas, pero ayer según iba a trabajar vi a uno por la calle disfrazado de lisiado escayolado y con vendajes hasta la cabeza; sin duda era el día de la brujas y los monstruos.
Cuando llegué a Google me di cuenta de que la tradición del disfraz tiene amplio calaje en esta empresa. Este era el panorama en a la hora de la comida:
Estos fueron mis disfraces preferidos (gracias a Borja por las fotos)
El año que viene me disfrazo de Pilar Manjón, seguro que aquí nadie sabe quien soy :)
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