Fundamentalisamo y verdad
by Bernardo on 14/03/2009Cuando uno es inseguro, de provincias y con algún complejo, tiende a buscar ejemplos a seguir que le sirvan de guía y le marquen el camino. Este es mi caso. A medida que uno va creciendo y se va sintiendo más seguro, se deshace de los role models que no le sirven y busca unos nuevos. Me suena que Freud escribió mucho acerca del tema.
El caso es que llevo varios años siguiendo a 3 hombres de los que aprendo y que me sirven de guía y ejemplo. Uno es Warren Buffett, el otro Nassim Taleb y el tercero es George Soros. Los 3 han escrito un libro últimamente (W, N, G), los tres son llaneros solitarios y hablan de cosas parecidas. Los 3 coinciden en que no somos todo lo racionales que nos creemos. Pero lo más importante en lo que coinciden los 3 es en haber triunfado haciendo lo contrario de lo que parece que es lo correcto, creyendo sólo en la incapacidad del hombre de entender la realidad.
La verdad es que es un ejercicio divertido. La realidad es tan compleja y cambiante, que necesitamos de paradigmas, modelos, y fábulas que nos ayuden a explicarla para así tomar decisiones. Cuando estos artificios mentales que se saben mito y juegan a ser logo, que nacen de un conocimiento imperfecto pero crecen en ser fórmulas secretas, se convierten en verdades generalmente aceptadas, es cuando empiezan los problemas.
Lo malo no es que existan estos defectos de nuestro conocimiento. Lo malo es que estamos programados para seguir a la tribu, y nos cuesta mucho no hacer lo que los otros hacen.
Y es aquí donde está el problema. Cuando un juicio, una opinión, un experimento, que se ajusta a una coyuntura determinada se convierte en dogma, en verdad, en fórmula infalible. Cuando los modelos financieros toman decisiones. Cuando alguien es encumbrado por su éxito y se convierte en el jefe de su tribu y no se le rechista. Cuando el necesario diálogo kantiano de la razón práctica y la razón teórica se convierte en fundamentalismo… uff, menudo pisto que me acabo de tirar.
Este error de caer en fundamentalismos no nos queda tan lejos. No está reservado a musulmanes en el medio oriente o mormones en la planicie del midwest. Todos caemos en el enorme riesgo del fundamentalismo cuando creemos que el PP siempre tiene la razón, cuando diga lo que diga Zapatero, el tío es un genio, cuando leemos un artículo de un tipo emprendedor y con éxito y pensamos que es la pera. Es peligroso elevar a verdad conclusiones de un conocimiento por naturaleza siempre imperfecto.
Creo que hay que estar alerta de este fundamentalismo que nos acecha constantemente, y a los españoles más, que somos muy dados al dogmatismo de barra bar y a la pontificación testicular. Nuestro conocimiento es imperfecto, por mucho que lo intentemos, nunca, nunca sabremos qué pasa y por qué. Cualquier análisis de la realidad deber estar construido desde la humildad de no saberse en posesión de la verdad. La búsqueda de la verdad es un camino infructífero, con beneficios momentáneos y efímeros, y al que por el contrario no hay que renunciar por imposible que se sepa el esfuerzo.
Aquí la línea entre el escepticismo y el cinismo es muy fina. Muchos ante el reconocimiento de la volatilidad de la verdad, se aventuran a su abuso cayendo en el cinismo y su pareja manipulación de todo lo que toca: puesto que la verdad no existe todo vale. Muchos hacen esto sin saber si quiera que lo hacen. Otros, los escépticos, se desaniman y renuncian a no buscarla más ante el frustrante convencimiento de que nunca se llega a conocer. A mí me ayuda pensar que nunca sabré qué pasa y por qué, pero que el intentarlo, reajustando mi estrategia constantemente, me motiva.
Llevaba tiempo dándole vueltas al tema y quería ponerlo un poco blanco sobre negro, sabiendo que al hacerlo estoy corriendo mi propio riesgo de fundamentalismo… vamos que creo que me hecho la picha un lío.
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